Mi experiencia de Lactancia

Experiencias de lactancia

Claudia, mamá de Tomás

Comienzo entonces a contar mi historia, nuestra historia con Tomás. Dividiré el relato en tres momentos, el primero de ellos es el que vivimos en la clínica, viviendo el más absoluto amor, sin saber qué hacer en todo sentido (ambos con mi marido), con un recién nacido, en una cunita en una habitación de la clínica. Acá primó el instinto, y los cursos tomados. Para mi suerte él se acopló relativamente fácil, sin embargo, se dormía de inmediato, por lo que tuve que pedir ayuda, muchas, muchas veces. Recibí distintas instrucciones y no había seguimiento. No había dolor, pero sí preocupación respecto a que se alimentara, él sólo quería dormir. Pese a eso, me decían que mojaba el pañal, lo que significaría que se estaba alimentando, disminuyendo mi preocupación. A modo de reflexión tras lo vivenciado, qué necesario aparece en este punto, contar con el servicio de asesoría de lactancia como tal en la clínica. De existir, lo hubiese tomado de inmediato, sin pensarlo.

El segundo momento de mi historia  se configura con la llegada a casa. Tomás mantenía la tendencia a dormirse y comenzó el dolor, uno de tipo punzante, que fue creciendo con el pasar de los días, hasta volverse insoportable y el romanticismo de la lactancia materna, me hacía cada vez más ruido. Pezones rotos, sangrado y un bebé que se dormía a los pocos minutos y que no quería despertar para sus tomas, era frustrante y preocupante.

Debido a que Tomás no defecaba y orinaba muy poco, decidimos adelantar su control de los 10 días, solicitando de manera urgente atención el día 6 de nacido. Mis temores se hicieron reales, había disminuido casi un 20% del peso con el que fue dado de alta, por lo que el riesgo de hospitalización era inminente. Qué manera de sentirme, de sentirnos vulnerables y un poco culpable. En este día feísimo, la pediatra me recomendó relleno para Tomás y una asesora de lactancia para mí, de forma urgente. La verdad es que en la espera de los exámenes que los tenían el mismo día en la tarde y el temor asociado a su estado de salud, olvidé contactar a la asesora hasta muy tarde ese día, transgrediendo claramente límites de horario laborales. Para mi sorpresa, Guice contestó por medio de un extenso audio que significó tanto para mí, porque me permitió ordenarme y encauzar mis acciones.

Se genera entonces el tercer momento, con el inicio de las asesorías presenciales. La acogida y guía de la asesora fueron maravillosas y pese a lo inexperta que yo me sentía, ella nos veía potencial y nos alentaba, instancia que me brindó seguridad para seguir intentando. No fue fácil al comienzo, sentía que en la asesoría Tomás y yo hacíamos las cosas bien y en casa, se nos desarmaba el aprendizaje, pero poco a poco, todo fue mejorando. Debía entonces y a medida que se realiza el control de peso, ir bajando la cantidad de rellenos y me costaba tanto, ya que éste me daba la seguridad de saber que se estaba alimentando bien, ante el temor de retroceder a lo ya vivido con su baja de peso.

Miro atrás y la alimentación con relleno me ayudó mucho, necesitaba que subiera de peso y estuviera sano, pero en algún momento, me sentí culpable al pensar que no fui capaz de alimentarlo, situación que fue fugaz, ya que logré comprender que la culpa no iba aportar en nada. Qué maravilloso además, poder contar con un plan b en caso de que la lactancia materna se complique.

Respecto de mi situación actual, desde que inicié las asesorías, se fueron las grietas y el dolor inmanejable, aprendí que el extractor es un aliado en momentos de dolor y de necesidad de aumentar la producción. Se mantienen preocupaciones, por ejemplo al sentir que no produzco tanto como quisiera como para contar con reservas en caso de requerirlo, sin embargo, mi hijo sube de peso y está muy bien según el pediatra, instancia que me brinda calma en momentos de inseguridad.

En lo emocional, disfruto mucho de nuestra conexión al amamantarlo, percibiendo cada vez más lejos el dolor y la frustración inicial. De momento, estamos disfrutando esta etapa, miro hacia atrás y parece que ha pasado mucho tiempo, pero no, Tomás tiene recién 3 meses y bueno, aparentemente hemos superado un primer y doloroso desafío juntos y estamos preparados como familia para enfrentar todos los que vendrán ♥

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